1 mes y 10 días

25 agosto, 2017

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1 mes y 10 días después de nacido Gonzalo finalmente encontré un pequeño espacio para sentarme a escribir esta experiencia tan maravillosa que ha sido  convertirme en mamá.

Hace 10 años me gradué de la carrera de Ciencias de la Educación, y hace 14 años estoy trabajando en este campo, pero no es hasta hace 1 mes y 10 días que mi vida cambió y comencé a vivir de cerquita la tarea de educar al ser humano más importante de mi vida: mi hijo.

En este tiempo he pasado por muchos sentimientos. Quiero empezar por las primeras horas de nacido.

En el momento en que nació lo que sentí fue mucha emoción, no me lo quería despegar de mi, de hecho nació a las 10:44 pm por cesárea, pero me lo entregaron a las 12 media noche.  Quiere decir que pasé toda la noche con el encima. Una enfermera me dijo que lo pusiera en la cuna para que yo pudiera descansar y mi primer reacción fue “si obvio, tengo que descansar” pero inmediatamente se me vino a la mente una de las tantas enseñanzas de la Dra. Dubovoy* y cambié de opinión: me lo dejé en mis brazos toda la noche, dándole pecho cada vez que el quisiera y sintiendo su piel con la mía, calentitos, hechos  un puñito, pretendiendo transmitirle todo ese amor que le sentía y que he venido acumulando por muchos años de mi vida.

Desde el vientre materno el cerebro del bebé se comienza a formar. En el momento de su nacimiento se están creando muchas conexiones neuronales importantes.  Desde este instante podemos comenzar a transmitirle seguridad al niño. Abrazarlo, mantenerlo caliente piel con piel y atender sus necesidades comienzan a enviar un mensaje permanente al cerebro de “…aquí estas seguro”.  

El desarrollo del cerebro es sumamente importante, sin embargo, a veces pareciera algo abstracto ya que no lo vemos ocurrir ante nuestros ojos. Por ejemplo: cuando nuestro hijo tiene un sarpullido en la piel, inmediatamente lo atendemos y hacemos lo que sea necesario para que sane. El cerebro no lo vemos pero es igual de importante atenderlo, ese abrazo y atención que le damos las primeras horas de vida es parte importante de cuidar de el.

Este concepto se puede alargar por el resto de la vida, pero en especial los primeros 3 meses. No pensemos en disciplinar a nuestro bebé que apenas viene llegando al mundo con horarios estrictos o técnicas de dejar llorar, etc. Escuchemos lo que pide, dormir en brazos, tomar leche del pecho por horas, entre otras cosas. Ese es el camino que estoy tomando en este momento, disfrutar de mi bebé y darle todo el amor y seguridad que necesita. Sobre todo aprender de él porque nadie más que él sabe lo que quiere y lo que necesita.

*La Dra. Silvia Dubovoy, es guía, entrenadora y examinadora de la Asociación Montessori Internacional. Es una gran mujer que se ha puesto la misión de transmitir la filosofía Montessori a través del entrenamiento de profesionales en su instituto: Montessori Institute of San Diego. Cristi y yo tenemos la dicha de compartir con ella de forma cercana, de hecho, junto con ella fundamos el Centro Montessori de Costa Rica (primer entrenamiento de la AMI de guías Montessori de Centroamérica). Pueden conocer mas de su gran carrera en la página: http://misdami.org/.

 
Fotos tomadas por Maria José Morales. En la foto: Gonzalo, 7 días de nacido.