El Desarrollo del Lenguaje basado en la Metodologia Montessori

05 noviembre, 2017

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El Desarrollo del Lenguaje
Luciana Manso ~ Guía Montessori (AMI)



Para iniciar este ensayo quisiera definir qué se entiende por lenguaje convencionalmente. Según el diccionario de la Real Academia Española lenguaje es:  “Un conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente, sistema de comunicación verbal, manera de expresarse, uso del habla o facultad de hablar.” Hace un tiempo atrás, si me hubiesen preguntado si esta definición era precisa y acertada habría dicho que sí sin lugar a dudas. Y, no me malinterpreten, no es que crea que esta definición no es la correcta, porque por supuesto que lenguaje es todas esas cosas que se mencionan en esta definición; pero la verdad es que lenguaje es todo eso y mucho más. En este ensayo estaré brindando una descripción de lo que es lenguaje, basándome en la visión de  la Dra. María Montessori. Y por esta razón, estaré escribiendo del mismo desde la perspectiva del desarrollo de éste que se da en el niño a través de los primeros 6 años de vida.


El lenguaje es una forma de expresión particular a la naturaleza del hombre. El lenguaje ha sido siempre aquello que nos diferencia de los demás animales. El hombre es el único que tiene el potencial de adquirir y desarrollar el lenguaje, ya que éste, está formado por palabras que son abstracciones y sólo el hombre, entre los animales, tiene esta habilidad. Los demás animales tienen su propio sistema de comunicación a través de otros mecanismos, pero el ser humano es el único que posee un lenguaje que nos permite comunicarnos verbalmente y con el cual ha sido posible crear una civilización, ya que el lenguaje es un medio para desarrollarse.



“Es preciso reflexionar para comprender bien que el lenguaje tiene tal importancia para la vida social que podemos considerarlo como la base de la misma. Es lo que permite a los hombres unirse en grupos y naciones. El lenguaje determina aquella transformación del ambiente que denominamos civilización”

(Mente absorbente, 1986 p.147)


María Montessori decía que los verdaderos caracteres motores, ligados a la inteligencia son: el lenguaje y la mano, los cuales permiten al hombre realizar el trabajo de la inteligencia. A través del lenguaje expresamos nuestras ideas y pensamientos. El ser humano es social por naturaleza y por instinto y así se evidencia si observamos con detenimiento el desarrollo del lenguaje que se lleva a cabo en el niño durante los primeros 6 años.


Mario Montessori (hijo de la Dra. Montessori quien continuó con su trabajo), en una conferencia que llevó a cabo en Holanda en 1956, hablaba sobre tendencias humanas.  Planteaba que existen ciertos factores básicos que no cambian en el ser humano y que éstos son los que hacen que el niño se adapte a cualquier sociedad sin importar cuáles sean sus patrones de comportamiento; estos factores son los que llamaba tendencias humanas. Mencionaba que existe una tendencia a la comunicación; se comparten los pensamientos, deseos, necesidades y sentimientos a través de los diferentes tipos de lenguaje. Y esto se evidencia claramente en el niño; el niño necesita comunicarse, lo manifiesta continuamente.


Además, Mario Montessori menciona que la tendencia a comunicarse es un punto clave para el desarrollo del individuo y de la sociedad en la que se desenvuelve.  El lenguaje, ya sea verbal, corporal, escrito, es un punto clave para que la explosión creativa pueda ser enriquecida. Esta tendencia es evidente desde el momento del nacimiento:


“Un poco después de nacer, los niños empiezan a balbucear, después empezarán a hablar; porque hablar está en su naturaleza: el factor de aprender a hablar y el deseo de expresarse. Lo que las circunstancias históricas podrán ofrecer en el desarrollo del lenguaje con esta tendencia de vida podrá cambiarse, pero la tendencia misma no lo hará.”

 (Tendencias Humanas y Educación Montessori, 2001 p.27)


Antes de adentrarme en el maravilloso proceso que es el desarrollo del lenguaje del niño, es importante considerar que el lenguaje se desarrolla igual en todos los niños de cualquier parte del mundo, sin importar si el idioma es más difícil que otro. Hay momentos especiales de la vida del niño que marcan etapas en los niveles alcanzados. Así podemos ver que un niño de África estará desarrollando su lenguaje exactamente igual que uno que esté en cualquier otra parte del mundo. A pesar de las diferencias culturales y ambientales, el desarrollo del lenguaje se da exactamente de la misma forma en casi que el mismo tiempo.


Durante los primeros años de la vida del niño se presentan una serie de ventanas de oportunidad o periodos sensitivos. Estos son una posibilidad, interna, para crear algo físico o mental. Los periodos sensitivos se presentan como un impulso irresistible- el niño no se puede resistir y siente que necesita realizar una acción específica en ese momento para adquirir una capacidad o habilidad. Se observa un intenso interés del niño por llevar a cabo estas actividades y es algo que él no puede evitar.

Durante el periodo sensitivo de lenguaje el niño absorbe los sonidos humanos a exclusión de otros sonidos. Va a desarrollar durante este periodo los órganos del habla para imitar ese lenguaje que le rodea el cual se le hace tan atractivo y fascinante. Este lenguaje el niño lo va a absorber a pesar de que sea difícil ya que es un acto inconsciente y el niño no tiene manera de percatarse de esto, el solo quiere absorber todo. El desarrollo del lenguaje es interno y en su mayoria silencioso, sin embargo, alrededor de los 2 años se da lo que se conoce como "la explosión del lenguaje".


Desde el momento en que el niño está en el vientre de la madre y sus órganos auditivos se han formado podríamos decir que inicia el proceso del desarrollo del lenguaje. El bebé, en el vientre de su madre, puede escuchar todo lo que están pasando en el exterior y entre estas cosas está el lenguaje. Ha sido evidenciado que, desde el primer momento de nacido, el bebé reconoce la voz de la madre lo cual señala que inclusive desde ese momento ya ha iniciado el desarrollo del lenguaje el cual se da, en un inicio, de manera inconsciente, y no evidente, ya que inicia de manera interna.


Los centros cerebrales que tienen relación con el lenguaje son: el centro de lenguaje oído, o centro auditivo receptivo, y el otro es el centro para la producción de lenguaje, que es el habla.


“El centro receptivo o auditivo se halla en relación con aquella sede misteriosa de la sique en la cual el lenguaje se desarrolla en lo más profundo del inconsciente, mientras la actividad del centro motor se manifiesta en la palabra hablada. Es evidente que la segunda parte, que se halla en relación con los movimientos necesarios para le emisión del lenguaje, se desarrolla más lentamente y se manifiesta después de la otra.”

(Mente absorbente, 1986 p.158)


De esta manera el niño empieza a crecer y a desarrollarse en todos los aspectos necesarios, llevándose a cabo el desarrollo motor el cuál es bastante evidente y notorio. Pero, paralelamente a éste, se empieza a desarrollar el lenguaje en un inicio de manera silenciosa. El bebé empieza comunicándose a través del llanto, empleando diferentes tipos de llanto para expresar sus sentimientos y necesidades (hambre, sueño, dolor, etc.).  Durante el segundo mes el bebé es un observador nato de su madre y empieza a mirar fijamente a la boca de las personas que le hablan, mirando los movimientos que ésta realiza por lo llamativo que le es los sonidos que ésta produce. El pequeño mira los labios y la boca de la persona que le habla, escuchándole y centrando su atención durante un espacio de tiempo cada vez más prolongado. Es así como el bebé empieza, a imitar movimientos que produce la boca, como abrirla y sacar la lengua, y a emitir algunos sonidos.


“La madre no enseña el lenguaje al niño, sino que el lenguaje se desarrolla naturalmente en él como una creación espontánea.”

(Mente absorbente, 1986 p.150)


Posteriormente empieza a emitir sonidos guturales y vocalizaciones de hasta 4 sílabas diferentes. Sus vocalizaciones ya empiezan a realizarse como respuesta a quien le habla, y comienza a repetir de forma regular series de sonidos. Empieza en este momento a darse algo maravilloso, el bebé se empieza a dar cuenta que algunos gestos o sonidos que él hace producen diferentes reacciones en los demás y en su entorno, por lo que empieza a repetirlos en diferentes situaciones para buscar dichas reacciones. Empieza de esta manera, en este punto, el proceso social intencional del lenguaje.



“Es un punto alcanzado gracias a muchos esfuerzos, que es el punto de llegada del yo que ha realizado un descubrimiento y que es consciente de sus capacidades; ya tenemos un pequeño hombre, no ya un mecanismo, un individuo que hace uso de los mecanismos que tiene a su disposición.”

(Mente absorbente, 1986 p.164)


Sus intentos de comunicación comienzan a ser más claros y empieza la etapa del balbuceo, pronunciación espontánea y repetida de fonemas y sonidos. Es a partir del sexto mes cuando comienza a reconocer palabras como “papá” o “mamá”. Durante todo este proceso el bebé se ha ido preparando en todo sentido para lo que está por venir pero también ha estado absorbiendo una gran cantidad de vocabulario y lenguaje el cual está cada vez más próximo a exteriorizar.


Cerca del año de edad el niño dice su primera palabra de forma intencional. Se dice que el niño emprende en este punto su primera lucha ya que quiere decir y comunicar muchísimas cosas a través de la palabra hablada, más aun no le es posible en su totalidad por falta del lenguaje. Pero esto no lo detiene, él sigue, guiado por su maestro interno, sin cesar la búsqueda de la adquisición del lenguaje que le rodea. Aproximadamente al año y medio el niño se da cuenta que cada objeto tiene su nombre


“Todos los niños atraviesan un período en el que no pronuncian más que sílabas, luego pronuncian palabras enteras y, finalmente, utilizan a la perfección toda la sintaxis y la gramática.”

(Mente absorbente, 1986 p.151)


Se dice que aproximadamente a los dos años de vida el niño experimenta una explosión del lenguaje. Se empieza a notar en el niño una expresión más clara y un aumento de vocabulario pronunciado a la perfección en muchos casos. A finales del segundo año el niño habrá aprendido a usar formas de los nombres, sufijos, prefijos y verbos. Antes de este momento el niño ha venido absorbiendo todos estos aspectos del lenguaje y es en este punto donde se exteriorizan y se hacen evidentes ante nosotros.


“Así se completa la construcción síquica y el mecanismo de expresión del lenguaje del grupo al que pertenece el niño (raza, nivel social, etc.). Este tesoro, preparado en el subconsciente, es confiado a la consciencia, y el niño, en plena posesión de este nuevo poder, habla y habla sin descanso.”

(Mente absorbente, 1986 p.155)


En ningún momento el niño es introducido a todos estos aspectos específicos del lenguaje de una manera dirigida, sino que el niño lo aprende por naturaleza y por esa habilidad increíble de absorber todo lo que su entorno le brinda. La maravilla de este proceso radica en la manera tan natural en que se lleva a cabo. Ningún niño muestra ningún síntoma de fatiga o cansancio a la hora de desarrollar el lenguaje, más bien muestran una sed insaciable de conocimiento de todas esas palabras que están flotando a su alrededor todo el día todos los días. Ellos son dueños de un mecanismo como ningún otro que elabora el lenguaje en su totalidad.


“El niño empieza este trabajo en la sombra del inconsciente; allí se desarrolla el lenguaje y se fija como una adquisición permanente.”

(Mente absorbente, 1986 p.152)


Empieza así un segundo período de desarrollo de lenguaje que se extiende hasta aproximadamente los cinco a seis años de vida. En este período el niño sigue aprendiendo un gran número de palabras nuevas y va perfeccionando cada vez más la composición de las frases. Pero el aspecto primordial de esta etapa está en lo que se llama la categorización u organización del lenguaje. El niño deberá categorizar y ordenar todas estas palabras y cosas que ha venido conociendo a través de todas sus experiencias y vivencias de vida.


Estudios psicológicos han demostrado que el niño, de una manera natural y sin que se le enseñe, aumenta su vocabulario de 100 a 200 palabras a los 2 años y a varios miles a los 6 años. Esto nos muestra la riqueza que tiene la mente del niño.


“El lenguaje podría ser llamado la expresión de una super inteligencia.”

(Mente absorbente, 1986 p.149)


Al inicio del ensayo mencionaba que estaría basándome en la perspectiva del desarrollo del lenguaje del niño para brindar la definición de lo que es lenguaje. Creo que a este punto queda bastante claro el por qué. Sí; el lenguaje es un conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente, un sistema de comunicación verbal, una manera de expresarse y el uso del habla o facultad de hablar; pero más allá de todo esto el lenguaje es la creación del niño, el hombre es un mero adquisidor de éste.

Por ende, el niño es lenguaje y lenguaje verdaderamente es todo. El niño es el único que puede construir el mecanismo mismo del lenguaje, y así, hablar perfectamente todas las lenguas utilizadas en su ambiente. Los adultos en cambio, no sabemos aprender todos los sonidos de una lengua extranjera, de manera natural y mucho menos reproducirlos fielmente. Esa es la cuestión con el lenguaje cuando este se ha terminado de desarrollar, la sensibilidad desaparece.


“¿Cuál es el resultado final? El hombre: el niño de seis años , que sabe hablar bien su lengua, que conoce y utiliza sus reglas; no puede advertir este trabajo inconsciente , pero en realidad él es el hombre que crea el lenguaje. El niño lo ha creado por sí mismo.” (Mente absorbente, 1986 p.156)
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Sobre la Autora:

Luciana Manso-Sayao


Luciana es una apasionada de la educación. Ha dedicado su vida al estudio de la educación de los niños, es Licenciada en Educación Especial con énfasis en Trastornos Emocionales y de Conducta. Ademas es Guía Montessori de la Asociación Montessori Internacional (AMI) graduada del Centro Montessori de Costa Rica. Actualmente se desempeña como Guía a cargo de Casa de Niños en Filii Montessori y Asistente de Curso para el Curso de Formación de Guías Montessori (AMI) del Centro Montessori de Costa Rica (CMCR).

Ver a Luci trabajar con los niños es un verdadero placer. Siempre me ha llamado la atención su paciencia y dedicación a todos y cada uno de los niños. Con mucha delicadeza les presenta materiales así como les enseña sobre gracia y cortesía en momentos de conflicto entre los niños. Su pasión por Montessori no solo se refleja en sus escritos sino que también en su trabajo como Guía.

Ma. Teresa Uribe


Bibliografía
M. Montessori. (1986). La Mente Absorbente del Niño. Editorial Diana, S.A. México, D.F.
M. Montessori. (2001). Tendencias Humanas y Educación Montessori. Centro de Estudios de Educación Montessori, A.C. México, D.F.